El día de ayer, Nicolás Maduro anunció el que se convertiría en el tercer incremento del salario mínimo en Venezuela en lo que va de año. El sueldo mínimo pasó de 65.021 bolívares a 97.531 y entra en vigencia desde este primero de julio. Por su parte, el bono alimentación se ubicó en 153 mil bolívares, por lo que el salario integral de un trabajador venezolano se ubicaría en 250 mil 531 bolívares. ¿Pero a qué equivale realmente este monto?
Si ese monto se lleva al equivalente en dólares, los venezolanos que perciben este ingreso estarían ganando apenas más de 30 dólares al mes, alrededor de 1 dólar diario, situación que mantiene a estas personas en condición de pobreza extrema de acuerdo a los parámetros internacionales. Lo que en la propaganda gubernamental se vende con bombos y platillos como los esfuerzos del gobierno de mantener el poder de compra de los trabajadores, en el fondo se traduce en que miles de venezolanos, entre ellos adultos mayores pensionados, no pueden hacer frente a buena parte de sus necesidades básicas de alimentación y medicina. Al cierre de abril, la canasta básica del CENDAS (Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros) se ubicaba en 1.214.020,20 bolívares.
Asimismo, el hecho de que en tan solo un año el sueldo base haya sufrido ya tres ajustes, dan cuente del voraz proceso inflacionario que sufre la economía venezolana y del cual el régimen culpa a una supuesta guerra económica.
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